Mi madre siempre decía que yo era un pequeño ángel y que había escogido mi nombre por aquella convicción. A mí me gustaba la historia, pero pronto me di cuenta de que no podía contársela a los niños de la escuela porque se reían de mí. Le comenté a mi madre que aquello del ángel era absurdo y que mi falta de amigos era por su culpa. Ella...
Enhorabuena, sois una campeonas!
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